Los que vieron «Hachi: ¡A Dog’s Tale» y “Pretty Woman” seguramente confirmarán qué hombre tan CALIENTE era Richard Gere por aquel entonces! El actor ya estaba en sus 50s cuando abrazó por primera vez la paternidad y se convirtió en padre de un hijo con su segunda esposa Carey Lowell! ¡Homero ya creció y se convirtió en la minicopita de su legendario papá! ¡ Recientemente, el chico ha hecho su debut en la Alfombra Roja y se robó el corazón de todos allí! ¿Te has estado preguntando en qué hombre tan guapo se ha convertido? Si es así, ¡entonces mira el artículo!
Richard Gere, célebre por sus papeles icónicos en Hollywood, abrazó la paternidad en diferentes etapas de su vida. Su hijo mayor llegó cuando Gere tenía 50 años, seguido de dos hijos menores nacidos a finales de los 60 y principios de los 70, lo que refleja la singular línea temporal de su trayectoria como padre.
La vida de Gere, aunque arraigada en la fama y el éxito, siempre ha estado profundamente entrelazada con los valores familiares. A pesar de su estrellato, hizo un esfuerzo consciente por dar prioridad a sus responsabilidades como padre, combinando sus logros profesionales con las alegrías y los retos de la paternidad.
Su enfoque de la crianza de sus hijos pequeños pone de relieve su compromiso deliberado con la familia, y muestra cómo ha afrontado las distintas exigencias de la paternidad en las diferentes etapas de su vida.
Antes de convertirse en padre biológico, Gere experimentó la paternidad como padrastro cuando se casó con Carey Lowell a principios de la década de 2000. Lowell tenía una hija, Hannah, de su anterior matrimonio con el actor Griffin Dunne. Gere se metió de lleno en este papel, y más tarde reflexionó que fue una experiencia natural y gratificante para él.
«Ser padrastro fue algo natural para mí», dijo Gere en una ocasión, aludiendo a cómo este capítulo inicial dio forma a su perspectiva de la paternidad. Este papel le sirvió de base para su posterior transición a la paternidad, disipando las primeras incertidumbres que tenía sobre la crianza de los hijos.
Este paso a la vida familiar supuso un cambio significativo respecto a los primeros años de Gere. Su primer matrimonio con la supermodelo Cindy Crawford en los años 90 terminó sin hijos, en gran parte debido a las dudas de Gere sobre formar una familia. Crawford había citado su reticencia, motivada por la preocupación de que la paternidad pudiera abrumar su vida, como un factor importante en su separación.
Cuando Gere se casó con Lowell, su visión de la paternidad había evolucionado. Abrazó sus instintos paternales, reconociendo y superando lo que él llamaba el «típico miedo masculino» a perder la libertad. Su vínculo con Hannah no sólo enriqueció su vida personal, sino que también sentó las bases de cómo criaría más tarde a sus tres hijos.
